Detrás de una buena obra de arquitectura no hay solo un buen arquitecto (u oficina); también tenemos paisajistas, abogados, constructores, ingenieros estructurales, dibujantes, maquetistas y en algunas obras una larga lista de especialistas.
Hace un tiempo presentamos un documento que muestra como se desarrolló la estructura y construcción de la torre Agbar de Jean Nouvel, cedido gentilmente por BOMA, empresa de consultores estructurales detrás de la obra.
Ahora nuevamente nos han enviado otro documento, con el proceso estructural detrás de la torre Indra de b720 y R&AS publicada la semana pasada en Plataforma Arquitectura. Es interesante ver en el proceso como la planta propuesta por los arquitectos tuvo ciertas variaciones al pasar por los ingenieros estructurales.
A continuación, algunos párrafos destacables y el documento en PDF para su descarga.
En el diseño se previó una losa de cimentación de cuarenta centímetros de espesor, sobre no menos de 30cm de grava y hormigón de limpieza: este grueso de grava proporcionaba drenaje bajo la losa y posibilidad de trabajar en seco, siempre y cuando el nivel freático se abatiese previamente. La capa de hormigón pobre de cinco centímetros de espesor se colocó como base del producto impermeabilizante (“Aquatec” de “Katorce”), que debe ser esparcido en la misma mañana que se hormigona por técnicos especializados. Realizar esta previsión de gruesos y después respetarla en obra es vital, puesto que si la previsión es escasa se puede llegar a desestabilizar las pantallas u obtener deformaciones no previstas que, si tienen lugar, difícilmente podrán recuperarse más tarde.
El fuste del edificio tiene tres partes claramente diferenciadas en su volumetría: por un lado, el podio inferior, que lo forman las tres primeras plantas; por otro, la planta de instalaciones, que es semiabierta, y que separa las otras dos; y, finalmente el resto de plantas, que forman el grueso del edificio. El techo de la planta técnica se planteó como losa postesada, porque sobresalía de los otros, y constituye, en realidad una quinta fachada del edificio de hormigón visto, no siendo adecuados los descuelgues.
En las plantas tipo, que son diez forjados, hay voladizos de hasta cinco metros en cada extremo. Estos voladizos se resolvieron mediante jácenas descolgadas bajo la losa y ocultas en los falsos techos, planteadas uniendo dos pilares entre sí y proyectándose hacia el propio voladizo.
Agradecemos a Diana Folch de BOMA SL por compartir esto con nosotros.